Más de dos meses han pasado desde que el Ministerio de Hacienda radicó ante el Congreso de la República el proyecto de ley de financiamiento con el que busca conseguir la plata que le hace falta en el Presupuesto General de la Nación del 2025 y pese a que ha insistido en la importancia de sacar adelante esta iniciativa, el camino es cada vez más espinoso.
Aunque ya se han dado varias reuniones entre el Gobierno Nacional y los congresistas de las comisiones económicas, en las que se dieron a conocer los argumentos técnicos por las que es viable la iniciativa y se debe concretar, hasta el momento sólo se ha llevado a cabo una audiencia pública, en Senado, donde los analistas dieron puntos a favor y en contra del articulado, pero coincidieron en que no es el momento de poner a andar este cambio.
Que podría ahondar la desaceleración económica, que desincentivaría la creación de nuevas empresas, que no va de la mano con la realidad fiscal del país y que más allá de un cambio tributario, se necesita un recorte del gasto para no generar nuevos riesgos sobre la regla fiscal, son algunos de los argumentos de quienes no apoyan el proyecto.
No obstante, el ministro Ricardo Bonilla asegura que la iniciativa solo aprovecha que hay “errores históricos” en el estatuto tributario y que mediante la corrección de esos gazapos, le apuestan a la generación de esos $12 billones que se necesitan para garantizar la atención de las comunidades vulnerables, fomentar la inversión y llevar la oferta estatal a todo el territorio.
“Sí se buscan recursos adicionales, pero se están buscando en los resquicios que deja el estatuto tributario, corrigiendo errores históricos que tiene esta norma, poniendo y nivelando la mesa en términos de diferentes aspectos”, manifestó Bonilla González; para quien se debe reconocer que la regla fiscal se ha cumplido.
Camino complejo
Con el fin de saber en qué va el proyecto, Portafolio habló con fuentes del Congreso y el Gobierno Nacional, quienes dejaron ver que aunque hay un ánimo de cordialidad entre las partes, por ahora no se ha logrado llegar a acuerdos concretos que destraben su trámite y posiblemente todo se defina en “foto finish” durante sesiones extraordinarias.
En primer lugar, desde el Legislativo se dijo que la mayor complicación es que en la Cámara de Representantes hay algunos congresistas que no quieren firmar la resolución necesaria para convocar a sesiones conjuntas de las Comisiones Terceras y Cuartas, lo cual es fundamental para que el proyecto avance con celeridad.
Cabe destacar que el período de sesiones de la segunda mitad del año finaliza el 16 de diciembre y si para entonces no se tiene el aval del Senado y la Cámara, la ley de financiamiento se hundirá y en caso de que se quiera volver a presentar, deberá hacerse como reforma tributaria, ya que no serviría para financiar el Presupuesto Nacional del 2025.
Dicho esto, al Ministerio de Hacienda le quedan menos de tres semanas, en tiempos ordinarios, para que el Congreso saque avante su propuesta, mientras que no se descarta que deban convocar a sesiones extraordinarias. No obstante, al tener que dar los debates por separado entre Senado y Cámara, se requerirá más tiempo y eso es algo que no se tiene actualmente.
Teniendo en cuenta lo anterior, desde el Gobierno han insistido en que se convoque cuanto antes a las sesiones económicas, pero de manera conjunta, encontrando cierta resistencia desde algunos sectores políticos, con los que se ha hablado en más de una ocasión. Durante el último encuentro, realizado el pasado 10 de noviembre, se llegó hasta el artículo de la regla fiscal verde y se tuvo que levantar porque la mayoría de congresistas se retiraron.
Portafolio también conoció que en términos del ambiente legislativo, la Cámara parece más dispuesta a considerar algunos puntos de la reforma, mientras que el Senado mantiene una postura más rígida; por lo que los desacuerdos entre ambas corporaciones han generado tensiones, y los ánimos no pasan por su mejor momento. Generando a su vez algunas preocupaciones en el Gobierno Nacional.
Un recorte del alcance
Según lo explicado hasta el momento por el Ministerio de Hacienda, la ley de financiamiento tiene tres grandes frentes a trabajar, partiendo de estímulos a la reactivación económica, la identificación de fuentes de ingresos tributarios y el ajuste de la regla fiscal. No obstante, es bueno dejar claro que más del 45% de esta iniciativa depende de adelantar la regla.
Para entender mejor este punto, en lo que concierne a los impuestos que sumarán recursos a la Nación están las modificaciones al Impuesto de Renta a Personas Naturales que generarán $900.000 millones en 2025, al Impuesto al Patrimonio que aportará $875.000 millones, así como el ya mencionado de los juegos de azar, que el otro año aportará $2,07 billones. El impuesto a los juegos de suerte y azar en línea será la apuesta principal.
Ahora bien, en el Congreso hay unas estimaciones diferentes, en las que tras los ajustes podría lograrse un recaudo mucho menor, de entre $6 billones y $7 billones, generando para ellos una brecha que dificultará consolidar una reforma integral y resalta la necesidad de una estrategia legislativa clara y concertada.
Según las fuentes legislativas que hablaron con Portafolio, para cumplir con los tiempos, la ley debe votarse en primer debate la próxima semana, y en segundo debate antes del lunes 16 de diciembre, aunque consideran que lo más probable es que toque convocar sesiones extras para que definir todo y que el Minhacienda no deba recurrir a aplazamientos en el gasto si no se logra aprobar.
Con la audiencia pública del Senado realizada, se espera que entre lunes y martes de la próxima semana se realice la de Cámara y de esta forma quede surtido todo el proceso para que se decida si finalmente el proyecto se votará en sesiones conjuntas o por el contrario, se define en trámites por separado.
Fuente: Portafolio.co